martes, 19 de agosto de 2008

LA ETICA PROFESIONAL

La responsabilidad profesional como centro de la sensación interior de la conciencia, que inclusive puede estar en pugna con la exterior, social o jurídica. Así en las emergencias, por ejemplo, puede aparecer un conflicto entre leyes o reglamentaciones, y la conciencia profesional.
Toda la conducta de un profesional debe regirse por esta doble finalidad: a) evitar toda falta voluntaria y b) disminuir en lo posible el número de faltas involuntarias, que son el fruto de la debilidad humana por flaquencia propia o negligencia ajena.
Y cuando surjan conflictos de orden técnico o social, nada mejor que despojarse de toda de toda presunción, avocarse al estudio de los problemas y tratar de poner en practica aquel alto principio de valor moral indiscutible: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti mismo.”
Es también muy oportuno recordar que el acto voluntario directo es siempre imputado al agente, tanto en la buena como en la mala acción, mientras que el voluntario indirecto (lo que es querido en su causa), aunque no se atribuye al agente si el resultado es bueno, se le atribuirá ordinariamente si el resultado es malo.

La responsabilidad consigo mismo: una lógica elemental conecta las responsabilidades a los deberes, manteniendo este paralelismo es evidente que la responsabilidad profesional exige en el dominio íntimo de la propia conciencia una fidelidad permanente al triple deber de competencia.

Cualquier profesionista universitario, aunque sea muy confusamente, distingue dos ideas fundamentales:

a) la profesión no le proporciona una capacidad
Una capacidad cualquiera; sino una capacidad peculiar que lo faculta específicamente para contribuir con inteligencia y eficiencia al bien común.

b) la profesión implica un deber para con la sociedad.

Indudablemente varían las situaciones históricas de la sociedad; los elementos concretos de su economía y su política.
Las ideas morales y su actuación en la conducta, que constituyen un estimable patrimonio de nuestras familias, corren íntimamente peligro de naufragar en la agitada tarea de la vida moderna, no precisamente por la magnitud y rapidez de la evolución social, sino por falta de la conciencia de las ideas.

Nuestro espíritu tiene frente a si, no un caos de apariencias oscuras, sino un orden de objetos inteligibles, orden cabal y determinado antes de comenzar cualquier actividad cognoscitiva.
El orden de la razón es, por lo tanto, equivalente al orden natural; y en el rigor de esa equivalencia consiste la verdad.
Acciones morales son las proclamadas así, libremente, por el ser racional. La regla y la medida de los actos humanos es la razón, pero esta razón que es la regla especulativa de la moral, no es autónoma; no es razonable sino cuando se inclina ante la autoridad del ser que le es esencialmente proporcionado. De donde procede la regla practica de la moral: que el deber corresponde al ser.

Así la regla suprema es usar de todo según la medida de su ser. La jerarquía del ser, que reside en cada cosa, es la que funda la jerarquía de las cosas mismas. Las cosas pobres en ser deben subordinarse a las cosas ricas y servibles.

martes, 12 de agosto de 2008

INTRODUCCION SOBRE LA ETICA


La esencia de la ética esta en la voluntad, lo importante es querer y al querer conseguimos lo que estamos queriendo. Debemos aportar para que la razón quien es la que nos va a guiar hacia una buena elección nos posibilite acciones buenas que superen los obstáculos. Existimos en un mundo de seres racionales pero todos procedemos a actuar irracionalmente. Pretendemos establecer la convivencia humana en verdades universales pero no hemos pasado del querer.

La ética tiene como objetivo crear conciencia de responsabilidad en nuestros actos, esta toma como base fundamentos en la naturaleza racional del hombre. El poder ejercer una profesión requiere de ejercer una capacidad cualificada que requiera de un bien común, el ser profesionales dignos requiere de excelencia, integridad, objetividad, responsabilidad, confiabilidad, competencia y actualización profesional, difusión y colaboración, respeto entre colegas, y una conducta ética.